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PEQUEÑAS VICTORIAS

Gracias a tu ayuda en Melilla algunos días se celebran auténticas victorias!


Logros que transforman vidas, que nos impulsan a seguir:

Como la noche que acompañamos a Sami al puerto para que embarcara legalmente hacia la península gracias al apoyo jurídico de nuestra compañera en terreno.


Esa noche Sami no la pasa en el puerto junto a sus compañeros mirando a los barcos marcharse, ni arriesgando su vida intentando colarse en uno de ellos.


Tras 5 años solo en Melilla esa noche logrará vivir lo que tanto ha ansiado, cruzar a la península. Y, lo hará legalmente.


Todo lo que tiene va en una mochila pequeña de color rojo ajustada a su espalda. Algo de ropa y varios números de teléfono anotados en un papel. Viaja sin móvil.


Lo más valioso, sus documentos con fecha de caducidad. Son pocos. Van apretados a su pecho en una carpeta de plástico transparente. Le da seguridad e inevitablemente recuerda a quien le mire que sigue siendo un niño.


En la fila de embarque, familias habladoras, trabajadores de regreso, parejas cansadas, amigos despreocupados y él. Solo. Con los ojos brillantes y la sensación de que se avanza demasiado lento.


Convive con el nervio lógico de quien desea y teme a la vez. De quien, expulsado el día de su 18 cumpleaños de su centro de menores por haber alcanzado la mayoría de edad, se sabe afortunado por haber logrado una documentación sin la que estaría atrapado en Melilla sine die…pero que al mismo tiempo se enfrenta al vértigo de no saber muy bien qué vendrá después.


Silencio. Mochila. Carpeta. Y la respiración contenida a la espera de que la policía revise que su documentación está en regla.


Y lo está.


Nos lo confirma mirando hacia atrás. Sonríe y levanta los dedos en forma de uve.


Le respondemos levantando los brazos en una explosión de alegría que no queremos contener.


A través del cristal le vemos avanzar en su embarque .


Sonreímos calladas, faltas de palabras que traduzcan la sincronía de felicidad, amargura y deseos de buena suerte en su nueva etapa.

Sabor a sal en la boca, energías renovadas en el alma y en el convencimiento de estar contemplando el mejor ejemplo de la aplicación del derecho como un elemento transformador. Aquí. Donde parecía imposible. En Melilla.


Toca subir al barco.


Manos sincronizadas al corazón.


Courage. Buena suerte amigo.


الشكر لله alshukr lilah!


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